El domingo pasado, quedamos para ir de tapas a Latina, cosa que debéis hacer de vez en cuando. Os voy a hablar del porque, debéis de llevar encima siempre algún tipo de cámara. En mi caso decidí prescindir de la Réflex por tema de comodidad y puesto que solo tenia pensado hacer fotos de mis amigos comiendo tapas y bebiendo mojitos. Pero esta vez quedamos temprano y el rastro se encontraba en plena acción. Cuando empece a ver las posibilidades fotográficas que había me arrepentí de haber dejado a mi pequeña Eos. Aun así saque mi compacta y realice algunas tomas; hacia años que no pisaba el Rastro y había olvidado la cantidad de cosas alucinantes que hay.
Me hizo gracia descubrirme a mi misma, buscando los puestos de anticuarios en busca de cámaras, objetivos o cualquier chisme fotográfico.

También pude observar a otros fotógrafos en acción, y si admitís un consejo, os diría que no busquéis la foto ideal, ni tampoco fotografiéis lo evidente. Me explico, en la puerta de un bar había tres niñas vestidas de la misma forma, y las tres comían un helado. Pues os prometo que vi a tres personas realizar la misma fotografía, con cámaras diferentes. Evidentemente es difícil saber si esa foto que vas a hacer es especial, pero yo creo que hay que dejarse guiar por el instinto y observar tu alrededor con otros ojos.



No sé si este domingo volveré a darme una vuelta por Latina, pero he de decir que el rastro es un autentico espectáculo fotográfico, si os gusta la fotografía social o de reportaje, es un buen lugar para comenzar.
Y para terminar un vinito y su tapa de recompensa ^-^